¿Cuál es tu instrumento musical principal como músico?
Oh, me temo que soy uno de esos músicos modernos que casi no toca ningún instrumento, aunque toqué algunos teclados, pero para todo lo demás uso el ordenador. Nunca estudié piano ni nada de eso. Pero siempre pongo mi corazón en todo lo que hago. Considero cada uno de mis encargos como un paso en una escalera infinita. Para mí no existen los encargos grandes o pequeños. Claro, el presupuesto y esas cosas tienen un gran impacto en la escala de posibilidades, pero dado que hoy en día, debido a Spotify y otros, cada productor tiene que competir a escala global, tienes que mantenerte siempre a la cabeza de la industria. Esto puede ser realmente difícil, sobre todo si trabajas con estrellas como John Legend, con el que produje una canción para uno de sus discos, que en su mayor parte fueron producidos por Kanye West. De un día para otro tienes que competir con todos esos grandes nombres. Por otro lado, cuanto mayor sea el presupuesto de un proyecto así, más posibilidades tienes entre las que elegir.
¿Cuál es tu enfoque general al componer?
Depende. En el ámbito de la publicidad los clientes, por lo general agencias de publicidad, suelen enviarme referencias o listas más detalladas de los sentimientos que quieren transmitir. Por ejemplo “que sea emotivo, pero no demasiado” y cosas así. Mi trabajo en ese proceso consiste en definir el estilo y traducir esa información descriptiva a música. Por ejemplo, si el resultado ha de ser algo “indie”, intento encontrar ciertas referencias como “un poco como de Radiohead, pero no demasiado”. De este modo intento definir el marco correcto para comenzar y también para evitar problemas durante el proceso. En estos casos suelo encontrar algunas canciones con el sentimiento deseado para presentárselas al cliente. Una vez que estemos de acuerdo ya empiezo el proceso de composición.
Las películas suelen ser más difíciles porque la mayoría de las veces no existe ningún tipo de referencia. Muchas veces te enfrentas a cosas del tipo “esta es la escena con esta canción distintiva, pero no me gusta la canción. ¡Pero sí que me gusta el ritmo!”. Un proceso así requiere por un lado mucho trabajo analítico con respecto a ciertas características y, por otro lado, hay que considerar los instrumentos y enfocarse en los sentimientos.
Trabajar con un artista es algo completamente distinto. Además de familiarizarte con su estilo, también ayuda mucho estudiar su carrera y desarrollo musical hasta el momento, además de analizar la situación y las tendencias del mercado actual. Aunque sea algo de sentido común, largas conversaciones con un artista son muy importantes para el resultado del proceso de producción. Cuando se trata de producción, me gusta trabajar estrechamente con el artista, que idealmente está conmigo la mayor parte del tiempo.