Trance de Roma

Por Markus Thiel

Giuseppe Ottaviani ha alcanzado prestigio no sólo como productor de uplifting trance y tech trance, sino también como intérprete en vivo y DJ con giras frecuentes por Europa y otras partes del mundo. Giuseppe trabaja con Cubase desde hace mucho tiempo. Hablamos con él sobre los procesos necesarios para transformar emociones en música capaz de mover al público y sobre la importancia de la melodía y la magia que se produce al añadir hardware durante el proceso creativo.

¿Empezaste en la escena musical como DJ?

Aunque me consideraba un DJ, lo mío era más bien producir. Me convertí en DJ más o menos en el año 2001 por casualidad. Conocí a un DJ muy famoso de Alemania, Paul van Dyk, que me introdujo al negocio. Trabajamos juntos unos trece años hasta que decidí trabajar en mi proyecto solista. Desde entonces, y debido al hecho de que no soy un DJ típico, y de hecho quizás nunca lo fui, empecé a tocar mis propias producciones en los conciertos. Soy más bien un intérprete en vivo, así que me monté una configuración que abarcaba tanto mi lado de productor como mi lado de DJ.

¿Cuáles fueron tus influencias más importantes al principio?

Por supuesto, Paul van Dyk fue una de mis grandes influencias en la música electrónica, pero también Underworld, Daft Punk y muchos otros. En la música siempre me sentí más atraído por el trance que por el techno. Como tengo una formación clásica de pianista, la melodía siempre fue para mí lo más importante de la música. Por eso el trance era perfecto, ya que es la mezcla perfecta entre la música electrónica y las melodías con influencias clásicas. ¡Me enamoré de verdad! En 1999, William Orbit publicó Adagio para cuerdas de Barber en una versión remezclada por el artista holandés Ferry Corsten. Y esto me hizo pensar por primera vez: "¡Oye, esto es una pieza de música clásica mezclada con un ritmo de dance! Suena bastante bien, ¡me gusta!" Y desde entonces seguí ese camino.

¿Se diferencia la escena italiana mucho de otras escenas europeas?

¡La verdad es que sí! La escena de clubes en Italia no suele girar tanto en torno a quién está tocando, sino se trata más bien de quedar con amigos y pasar un buen rato. Tenemos una escena de techno enorme aquí en Italia, pero lamentablemente no una escena de trance. Por ello, suelo tocar en todo el mundo, pero casi nunca en Italia, es muy extraño [risas]. Es decir, he tocado un par de veces, pero eso no cuenta, ya que estoy hablando de los últimos veinte años.

¿Entonces has tocado en lugares como Berlín?

De hecho, mi primer bolo fue en la Loveparade de 2002 en Berlín. ¡Pasar de producir en mi cuarto a tocar en un gran escenario fue un paso gigante para mí! En ese momento sentí por primera vez la energía del público y esto me llevó a querer hacer aún más música.

¿Si tuvieras que caracterizar tu forma de hacer música, cómo la describirías?

Desde un punto de vista de productor, simplemente intento transferir mis emociones a la música para compartirla con los oyentes. Mi objetivo es llegar al número máximo de personas posible. Hay que tener en cuenta que lo que hago sigue siendo mi hobby favorito, aunque se haya convertido en un negocio que dura ya veinte años. Y sigo sin tener otro hobby que me interese tanto como la música. Antes mencioné que el trance se concentra mucho en la melodía. Para mí la melodía transporta la emoción principal de un tema, y esto pasa con todo tipo de música, la verdad. La mayoría de gente no se acuerda de la parte de batería de una canción, ¡pero se acuerda de la melodía!

¿Entonces compones primero la melodía?

Siempre empiezo intentando encontrar la melodía en el piano. Luego sigo construyendo alrededor de la pista en el estudio utilizando sintes de software y hardware. Creo que la melodía tiene algún tipo de superpoder a la hora de llegar a la gente. Es muy similar a pinchar. Puedes mover a la gente en la dirección que quieras si sabes conectarte con sus emociones. En realidad, esto es lo que me inspira para volver al estudio, componer algo nuevo y llevarlo al escenario. ¡Guiar las emociones de, digamos, unas 15.000 personas, es algo enorme para mí y lo trato con mucha delicadeza!

¿Haces muchas colaboraciones?

Colaboro con muchos otros productores. Dado que mi género suele ser instrumental, también me gusta trabajar mucho con vocalistas y compositores. Me gusta tener un buen equilibrio entre las partes instrumentales y las partes vocales. Antes solía invitar a mi estudio a cantantes, a otros productores y a músicos. Pienso que es la mejor forma de producir música. Con VST Connect y Cubase ahora puedes tener una sesión remota con gente de todo el mundo, pero realmente echo de menos la sensación de trabajar con gente en la misma habitación y que todo el mundo toque los controladores y los botones. Tocar algo como un fader me parece muy importante durante el proceso. No hago música moviendo sólo el cursor del ratón. Además, me gusta hacer música con gente, por ejemplo tocar el piano. Y esto es algo que voy a volver a hacer en cuanto termine la pandemia.

También has creado tu propia clase maestra.

Sí, la gente me ha estado pidiendo hacer algo así desde hace mucho tiempo. Me gusta compartir mis conocimientos, así que empecé a hacer streamings desde mi estudio en las redes sociales. Pero mientras trabajo en proyectos no es fácil explicar o mostrar cada paso. Después de cada sesión de streaming leía los comentarios y mucha gente escribía que realmente les hubiera gustado aprender más sobre mi trabajo, y muchos sugerían que hiciera una clase maestra. El único problema es que debido a las giras y al trabajo en el estudio, nunca encontré el momento de hacerlo. Tener más tiempo ha sido una de las cosas más positivas de la pandemia, así que empecé el programa. Y cada semana se apunta más gente, es una sensación muy satisfactoria.

Puedo ver todos esos maravillosos sintes de hardware detrás de ti. ¿Actualmente aún utilizas muchos instrumentos de hardware o sueles utilizar más plug-ins?

Mi enfoque es bastante híbrido. Principalmente utilizo muchos plug-ins al producir, pero necesito mis teclados para inspirarme, de eso no cabe duda. Cuando estoy de gira, también produzco mucho en sitios como hoteles o trenes. Cuando por fin vuelvo a estar en el estudio, hago overdubbing, por ejemplo regrabo las líneas de bajo con mi Sub37 por lo bien que suena. Pero por lo general comienzo todo dentro de la caja. Durante la mezcla me gusta enrutar los canales provenientes de Cubase a mi consola Soundcraft de los noventa. Tocar botones y deslizar faders me hace sentir de una forma especial y le da a mi música un toque único. Puedes escuchar mi sonido personalizado en cada producción o remezcla que he hecho. Cuando se trata de masterizar, y créeme, he probado muchos DAWs, los algoritmos de Cubase son excepcionales. Soy consciente de que esto puede ser algo muy típico de productor y que a la gente le dé igual, pero es la razón por la que me quedo con Cubase.

giuseppeottaviani.com