Luca Turilli: de viaje por rutas musicales desconocidas

Entrevista realizada por Eckhard Doll, 24 de febrero de 2020

Desde hace más de 25 años Luca Turilli ha sido la fuerza impulsora tras la banda musical italiana de metal sinfónico Rhapsody (of Fire) y sus distintas encarnaciones. La juventud de Luca fue influenciada por su padre, que era música de orquesta, y despertó la pasión de Luca por la música clásica. Aprendió a tocar el piano y la guitarra y se convirtió en uno de los músicos italianos más exitosos del mundo.

Luca, supongo que tu familia jugó un papel crucial en tu carrera musical temprana y fue la responsable de despertar tu pasión por la música clásica. ¿Pero cómo descubriste tu amor por el metal?

Mi padre era chelista. Le perdí con solo dos años, pero la música parece estar en los genes de nuestra familia. He heredado su pasión y amor por la música clásica. Además, gracias a mi madre crecí con la música de Bach y Beethoven. De adolescente descubrí mi amor por las bandas de pop melódico italianas y europeas (Europe, Duran Duran, Pet Shop Boys, etc.), el trance y otra música electrónica. Durante los primeros años del instituto algunos amigos me introdujeron al mundo del metal. Me encantaba sobre todo la banda alemana Helloween, ya que representaba la combinación perfecta entre pop melódico, que siempre me había gustado, y la música de guitarra llena de energía, que estaba empezando a descubrir. Al mismo tiempo empecé a interesarme por la música cinematográfica, gracias a Batman de Tim Burton. Las bandas sonoras siempre fueron para mí algo así como “Música clásica 2.0”.

¿Combinar ambas cosas fue para ti el próximo paso lógico?

Por esa época también empecé a escuchar artistas como Yngwie Malmsteen, Jason Becker, Marty Friedman y muchos otros categorizados como “héroes de guitarra neoclásicos”. Cada vez me gustaba más la guitarra y cuando compré mi primer guitarra Ibanez y un teclado a los 16 años, supe que dedicaría el resto de mi vida a la música. Mi pasión por la música clásica y las bandas sonoras no terminaba. Al contrario, al componer mis primeras canciones y solos me di cuenta de que lo que más me gustaba era la combinación entre rock y música sinfónica/cinematográfica. A los 22 años empecé a tocar el piano y después de oír Bach y Beethoven durante tantos años, y luego también Chopin, que rápidamente se convirtió en mi compositor de piano favorito, me resultó muy fácil componer interludios clásicos originales en ese estilo. Sobre todo me fascinaba la idea de combinar “las notas del pasado” con los sonidos del futuro. Por eso puedes escuchar muchas partes barrocas en mis discos reproducidas por sintetizadores futuristas o coros gregorianos que suenan sobre pads evolventes y ese tipo de cosas.

Me acuerdo que el primer álbum de Rhapsody “Legendary Tales” de 1997 generó bastante revuelo. No me acuerdo de otras bandas que combinaran metal y elementos clásicos de forma tan consecuente en esa época. Creaste un nuevo subgénero de metal: metal sinfónico cinemático. Y por si esto no fuera poco, también creaste un concepto de historia de fantasía que abarcaba los primeros cinco discos de Rhapsody (of Fire). Esto puede decirse que fue bastante ambicioso. ¿Fue fácil encontrar un sello que apoyara este plan maestro?

Me acuerdo de haber enviado la primera demo de Rhapsody a decenas de sellos en toda Europa. O puede que hayan sido más. Solo recibimos dos respuestas y una fue de Limb Schnoor, uno de los primeros manager de Angra y Helloween. Estas respuestas cambiaron mi vida y la del resto de los miembros del grupo. Poco antes de entrar en el estudio en Wolfsburg, Alemania, para grabar el primer disco con Sascha Paeth (Heaven's Gate, Avantasia), decidí fusionar todas las letras de nuestras canciones y crear una verdadera “saga” que se basara en un mensaje espiritual positivo que cantara a los milagros de la creación y de la vida. El argumento acabó abarcando diez discos y para la segunda parte de la saga (discos 6 al 10) tuve la suerte de poder colaborar con el fascinante Christopher Lee (Star Wars, El Señor de los Anillos) como locutor principal, que también cantó con Fabio un dueto inolvidable en la canción “The Magic Of The Wizard's Dream”.

Con los años tus producciones se volvieron cada vez más complejas. ¿Cómo llevaste el número creciente de pistas para orquesta, coros y otros instrumentos en tus pre-producciones?

Me parece divertido imaginar que los primeros tres o cuatro discos de Rhapsody los produje en una estación de trabajo Korg 01. Ja, ja, desperdicié toda mi juventud introduciendo notas en ese teclado. Para la batería, el bajo, los teclados y los interludios orquestales de las canciones tenía que introducir miles de notas manualmente en el secuenciador. Pero para mí eso era obligatorio porque desde siempre he sido un maniático para eso y todo tenía que sonar perfecto antes de ir al estudio y empezar con las larguísimas y arduas producciones de Rhapsody. Por supuesto, nuestra vida se volvió mucho más fácil cuando compramos el primer ordenador y las primeras bibliotecas de samples.

¿Cuándo te cruzaste con Cubase por primera vez y por qué decidiste seguir usándolo?

Cubase entró en mi vida en 1999 cuando compuse e hice el arreglo de mi primer disco en solitario “King of The Nordic Twilight”. Por esa época también probé algunos programas de la “competencia”, pero la interfaz de Cubase y el manejo sencillo me convencieron por creces. Realmente fue amor a primera vista y me salvó la vida después de pasar todos esos años trabajando con el secuenciador de Korg. Desde entonces Cubase forma parte de mi rutina diaria y estoy muy orgulloso de formar parte de la familia Steinberg.

Hace poco hablamos de algunos problemas con tu plantilla de proyecto de 6.000 pistas. ¿Puedes hablarnos un poco sobre tu trabajo con proyectos así de grandes? ¿Cómo los organizas?

Eso fue un proyecto épico en el que trabajé durante siete años. Quiero dar las gracias a mi amigo Tobias Escher (Novatlan Sound/Orchestral Tools) por la colaboración y sus conocimientos técnicos. Hemos creado una plantilla gigante que contiene todas las bibliotecas de samples que adquirí a lo largo de los años y que me permite componer para la mayoría de estilos musicales y proyectos musicales. Con las mismas plantillas de proyecto ahora puedo componer todo tipo de géneros musicales, desde pop, rock, música orquestal y étnica, folk, ambient, trance, electrónica, hip-hop y trap. No hay límites y eso es justo lo que necesito para mis producciones futuras. Cubase hace todo esto posible.

Todo está estructurado de la forma típica. Las 6.000 pistas se dividen en grupos y subgrupos gracias a las pistas de archivo. Los instrumentos tradicionales de bandas las he categorizado según estilos de música, los instrumentos étnicos según las áreas geográficas, etc. La carpeta más importante es la que se llama “Inspiration”, y en la que se encuentran 20 o 30 pistas duplicadas que representan “Lo mejor de lo mejor” de mis sonidos. Estos sonidos son esenciales para mí para plasmar una idea de forma rápida y sencilla. Todas las composiciones nuevas empiezan ahí.

¿Qué configuración de sistema se necesita para proyectos tan grandes?

Mi ordenador principal tiene un procesador dual Intel Xeon con dos ordenadores “esclavos” con un total de 256 GB de RAM. Todos los sonidos de las plantillas se encuentran en un total de 8 SSDs (1 TB cada uno). Utilizo Vienna Ensemble Pro como software adicional para que Cubase pueda “comunicarse” con los sonidos que se encuentran en el PC principal y en los dos PCs esclavos. A lo largo de los años Tobias y yo hemos tenido que enfrentarnos a muchos problemas de software y hardware, pero Cubase nos ayudó muchísimo. La versión 9.5 de 2018 cambió mi vida porque fue la primera versión de software que me permitió abrir una canción basada en plantilla en tan solo 5 minutos. Por supuesto, antes de abrir un proyecto nuevo necesito unos 10 minutos para prepararlo, es decir para cargar todos los sonidos de la plantilla a través del software Vienna Ensemble Pro en la memoria RAM del ordenador principal y de los esclavos. Mi rutina diaria suele ser siempre la misma: me despierto, enciendo los PCs y desayuno mientras espero que todo se cargue. A continuación ya está todo preparado para poder tocar todos los instrumentos de este planeta en mi teclado maestro. Esto es realmente sensacional y un verdadero sueño de compositor. Cuando ya has trabajado con un sistema así, no quieres volver atrás.

Tu disco “Prometheus, Symphonia Ignis Divinus” de 2016 fue el primer disco de estudio de la historia que se mezcló en Dolby Atmos. El productor/ingeniero de mezcla Chris Heil (David Bowie, Bryan Adams) se encargó de la mezcla. Me imagino que fue un experimento apasionante para añadir más dimensión a tu música…

Realmente fue un honor que Chris Heil y sus socios de Dolby y Yamaha eligieran mi álbum para un remix tan histórico. “Prometheus, Symphonia Ignis Divinus” fue probablemente el álbum más ambicioso que jamás he compuesto. Cuando Chris lo escuchó enseguida tuvo la idea de que podría ser la música perfecta para Dolby y Yamaha para promocionar sus primeros sistemas de Dolby Atmos a escala mundial. Chris trabajó casi un año en la mezcla y cuando fui a Munich para escuchar el resultado, fue pura adrenalina. Esta dimensión adicional añadida a través de la nueva tecnología Dolby creó una diferencia enorme en la música orquestal. Por fin pude escuchar todos los detalles de todos los instrumentos que, en el caso de una mezcla tradicional, “sufrirían” debido a las típicas superposiciones entre las frecuencias. Esta colaboración fue un paso prestigioso en mi carrera y me alegro mucho de conocer a una persona con tanta experiencia y talento como Chris Heil. Sigo en contacto con él por si algún día trabajamos juntos en proyectos futuros.

¿Con todas estas producciones a gran escala y superlativos, tuviste alguna vez el deseo de grabar con una grabadora de cinta de 24 pistas o producir una banda de punk rock?

Mentiría si digo que después de tantos años intentando conseguir que mi música cinematográfica sea todavía más bombástica y épica, no siento alguna vez la necesidad de componer música más íntima que aun así sea emocional y llegue al corazón. Ahora mismo me encanta mi piano acústico. Además, mis guitarras acústicas son un buen reemplazo para las guitarras eléctricas cuando mis oídos tienen que descansar. En un futuro cercano, cuando ya tenga planificados algunos proyectos más íntimos, la grabadora de cinta de 24 pistas podría ser la guinda el pastel.

Con la última encarnación de Rhapsody “Turilli/Lione Rhapsody” parece cerrarse el círculo, ya que vuelves a colaborar con el antiguo vocalista de Rhapsody (of Fire) Fabio Lione. Podría pensarse que quieres conservar el lado tradicional de Rhapsody como fundamento y crear sobre ello un nuevo concepto que podría llamarse algo así como “Rhapsody 2.0”.

Bueno, hace poco hicimos una “gira de despedida” durante casi dos años alrededor del mundo. La intención inicial era cerrar definitivamente el capítulo Rhapsody después de nuestro último show. Fabio y yo ya no escuchamos la música que tocábamos antes y teníamos otras ideas musicales en mente. Podría decirse que fueron los promotores y fans que nos convencieron a Fabio y a mí para seguir con Rhapsody (risas). Teníamos claro que solo queríamos seguir si realmente podíamos presentar algo nuevo combinando nuestro típico estilo de metal sinfónico con toda la música moderna que nos gusta escuchar hoy y si podíamos seguir desarrollando la imagen y las letras de la banda. Para dejar esto claro decidimos denominar el disco “Zero Gravity (Rebirth And Evolution)” y llenarlo con todo lo que nos gusta a los dos: interludios vocales al estilo de Queen, elementos progresivos al estilo de Dream Theater, música electrónica y étnica y mucho más. Las letras tratan de ciencia, metafísica, piscología, antropología y de los misterios de la vida en general. Son temas que he descubierto a través de practicar yoga y meditación.

En marzo os vais de gira dos meses por Latinoamérica y Europa. ¿Os acompañará Cubase en la gira? ¿Ya sea sobre el escenario o para grabar nuevas ideas en el autobús de gira?

Cubase siempre lo tengo en mi portátil y viaja conmigo en caso de que algo falle con los dispositivos de reproducción que utilizamos en el escenario o si tengo que cambiar algunos niveles de reproducción sobre la marcha. Pero lamentablemente no nos queda tiempo para componer o trabajar en canciones cuando estamos de gira. Me despierto, hago la prueba de sonido, quedo con los fans que compraron las entradas VIP, ceno, toco el concierto y me retiro inmediatamente para escuchar Adele o algo de música de piano y relajar mis oídos. Si te soy sincero no me gusta mucho ir de gira. Por supuesto me encanta conocer a los fans y pasar esas dos horas sobre el escenario, pero el resto puede ser muy aburrido (risas). No bebo, no me gusta la fiesta y prefiero trabajar en casa componiendo y arreglando música en mi propio estudio. Soy un adicto al trabajo y suelo pasar de 10 a 14 horas con Cubase y mis máquinas, incluyendo sábados y domingos.

¿Hay algo más con lo que nos alegrarás el 2020?

Quien me conoce sabe que soy un “compositor universal” y que escucho todo tipo de música. Es que no soy capaz de trabajar todo el tiempo en un solo estilo musical concreto. Por ejemplo, antes de Rhapsody produje también trance, ambient y otra música electrónica. La música electrónica fue mi pasión desde siempre, tal y como se puede escuchar en la mayoría de mis discos en solitario. En este momento escucho muchos artistas de pop/rock modernos y, desde hace años, Adele es mi cantante favorita. Su voz única me emociona. Continuamente siento la necesidad de seguir desarrollándome e investigar el mundo de la música empezando proyectos nuevos y encontrando nuevas metas artísticas y estímulos. Este año no solo estaré de gira con Turilli/Lione Rhapsody, sino que también trabajaré en mi disco debut de mi nueva banda, que presenta un sonido pop/rock moderno en el estilo de algunas de mis bandas preferidas actuales como Muse y Imagine Dragos, pero enriquecido con música electrónica, étnica y, por supuesto, los elementos sinfónicos que se han convertido en la marca inconfundible de mi discografía. Además, como el piano es mi instrumento favorito, he empezado a trabajar en mi primer disco “Emotional Cinematic Piano”. Contiene partes instrumentales solistas de piano con partes orquestales y corales siguiendo la tradición de artistas como Yann Tiersen, Ludovico Einaudi y Yiruma. Estos conocidos compositores de piano contemporáneos son una gran inspiración para mí. En todo lo que hago Cubase es y será siempre mi aliado fiel. Con cada actualización le saco todavía más partido.

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