Luca, supongo que tu familia jugó un papel crucial en tu carrera musical temprana y fue la responsable de despertar tu pasión por la música clásica. ¿Pero cómo descubriste tu amor por el metal?
Mi padre era chelista. Le perdí con solo dos años, pero la música parece estar en los genes de nuestra familia. He heredado su pasión y amor por la música clásica. Además, gracias a mi madre crecí con la música de Bach y Beethoven. De adolescente descubrí mi amor por las bandas de pop melódico italianas y europeas (Europe, Duran Duran, Pet Shop Boys, etc.), el trance y otra música electrónica. Durante los primeros años del instituto algunos amigos me introdujeron al mundo del metal. Me encantaba sobre todo la banda alemana Helloween, ya que representaba la combinación perfecta entre pop melódico, que siempre me había gustado, y la música de guitarra llena de energía, que estaba empezando a descubrir. Al mismo tiempo empecé a interesarme por la música cinematográfica, gracias a Batman de Tim Burton. Las bandas sonoras siempre fueron para mí algo así como “Música clásica 2.0”.