Los retos de componer para diferentes géneros

Por Hollin Jones

Paul Englishby es un compositor y músico residente en Brighton que cuenta con una variada trayectoria que incluye muchas bandas sonoras destacadas para cine, televisión, teatro y salas de concierto y baile. Con una lista de créditos que incluye bandas sonoras nominadas a los premios BAFTA para Luther de BBC, música galardonada con los premios EMMY para Page Eight de David Hare y la película An Education nominada para un Oscar por la que obtuvo un premio ASCAP, Paul fue nombrado socio de la Royal Academy of Music en 2018. Visitamos su estudio para conocer sus reflexiones sobre la composición de una amplia gama de géneros y disciplinas.

¿Cuándo entraste por primera vez en contacto con la música y cómo comenzó tu trayectoria musical?

A los ocho años más o menos. Mi madre, que era profesora de primaria, nos compró un piano, y yo, mi madre y mi hermano empezamos a tomar clases de piano. Enseguida me obsesioné y me lo pasaba genial tocando el piano. Continué y realicé todos los grados. Por suerte, en la escuela tuve un profesor de música, Mr. Evans, que me apoyó muchísimo y me animó a componer y a tocar. También participé en un coro y una banda de concierto. Me uní a la banda Lancashire County Big Band a los trece años metiéndome de lleno en el jazz. Aproveché todo tipo de oportunidades. Crecí en Preston, donde había mucho arte dramático amateur en el que también me involucré. Realizamos la obra de teatro West Side Story cuando tenía unos 16 años. También tocaba el piano en vinotecas y para ballets. Esos fueron mis años de adolescencia musical.

Cuando empezaste la universidad Goldsmiths en Londres a los 18 años, ¿tenías en mente algún objetivo profesional?

Mi afán era ganar mucha experiencia en todo lo relacionado con la música. Esa siempre fue mi filosofía. Goldsmiths era un lugar realmente creativo que tenía un departamento de teatro vibrante con muy pocos trámites burocráticos. Podía componer música para obras de teatro, colaborar con artistas plásticos en instalaciones, y cosas por el estilo. Creé una orquesta de cámara que se centraba en música contemporánea. Esa también fue la primera vez que entré en contacto con la tecnología musical. En el estudio electrónico usaban Cubase con Atari Falcons en blanco y negro. Compuse un musical para el departamento de artes dramáticas llamado “R.U.R”. La música de acompañamiento fue creada en Cubase con General MIDI.

¿Cuál fue tu primer encargo fuera de la universidad?

La BBC emitía un programa denominado “Sound on Film” que giraba en torno a colaboraciones entre directores y compositores. Yo compuse un concierto de violín, y un productor de la audiencia llamado Nick McClintock me puso en contacto con el director de documentales Mike Grigsby. De este modo se me ocurrió la idea de usar el piano para observar diferentes aspectos de la sociedad. La obra se llamó “Pictures on the Piano”, y la grabamos en Abbey Road con una orquesta completa.

¿Cómo sueles dar forma a una composición, tanto desde un punto de vista creativo como técnico? ¿Empiezas con las melodías o los temas?

Compongo para diferentes géneros. Componer para imagen, por ejemplo, es muy distinto que componer una pieza de baile en la que la música ocupa el lugar principal. Lo primero es tener una conversación con los colaboradores sobre el tono general y el sentimiento de la pieza. En mi caso suele ser un lenguaje armónico el que establece el estado de ánimo. Hay una gran diferencia entre algo que tiene un lenguaje armónico simple y puro, y algo que es muy animado y quizás tenga un lenguaje muy cromático. Suelo improvisar en el piano y encontrar el sonido que ando buscando. Comienzo a hacer muchos bocetos con lápiz y papel y, a continuación, exploro las formas de tratar el material. Cuando compongo para imagen, suelo tener esos bocetos a mi lado. De este modo, al abordar los pasajes, ya tengo una especie de vocabulario sobre el que dibujar. Me crie con la armonía y el contrapunto en el teclado, por ello tengo que escribirlo y trabajarlo en papel.

¿Sueles encontrarte con retos al comenzar una nueva composición?

Para mí, componer no supone un reto. Me parece más bien interesante y divertido, incluso cuando hay que superar una serie de problemas hasta que todo el mundo esté conforme. Realmente son las demás personas que pueden hacer que el trabajo suponga un reto. A veces, comenzar un proyecto es simple, todo está ahí y funciona. Otras veces, se requieren varios intentos y cuanto más gente esté involucrada, más probabilidades hay de que se produzcan intentos fallidos. Cuanto más grande sea el comité, más puede ocurrir y esto sigue así hasta el final del proceso, hasta la grabación. Todos los compositores experimentan esto. Puede que la gente que no sepa componer tenga una cierta opinión sobre el material pero no dispongan del lenguaje para describirlo. Como compositor te acostumbras a interpretar este tipo de cosas. Crear música siempre es inspirador, pero navegar entre las opiniones puede ser todo un reto.

¿Cómo combinas trabajar con el ordenador y con grabaciones en vivo? ¿Y cómo repercute esto en las partituras?

Todas las partituras que hago para la televisión y el cine suelen tener, como mínimo, algunos elementos en vivo y, a veces, incluso todo la demo se sustituye por una grabación en vivo. Luego también hay trabajos para teatro que son completamente electrónicos. En ese caso llevo una versión mini de mi estudio y creo una banda sonora. Gran parte es música electrónica o basada en samples, pero cuando trabajo en Royal Shakespeare Company, siempre hay una banda en vivo. Si hay un director con una banda o una orquesta en vivo, pueden reaccionar en caso de cambios en la temporización en una situación en vivo. En el caso de trabajar solo con el ordenador, tengo que crear muchos puntos de cue que son disparados con una acción o palabra.

Cuando trabajas con otra gente, ¿cómo intercambiáis ideas?

Después de hablar con el director, desarrollo algunas de las ideas iniciales. A continuación, envío las ideas demo como audio y, a veces, más tarde en el proceso, como clips de vídeo con la banda sonora sobre la imagen. Simplemente trabajo en la música hasta el momento de la orquestación, grabación y mezcla. Como les pasa hoy en día a la mayoría de los compositores que trabajan para TV y cine, la gente inmediatamente te suele pedir cómo va a sonar, así que tienes que tener preparada la demo casi todo el tiempo.

¿En qué momento empezaste a introducir el software en tu proceso de trabajo?

Las primeras bandas sonoras para TV y cine las escribí a mano, absolutamente todas las partes. A partir de la demo en Cubase hacía una transcripción a papel y añadía adornos a los datos del editor de partituras, que en aquellos tiempos eran bastante básicos. Dorico, sin embargo, es altamente musical para alguien que siempre había trabajado con papel y lápiz. Es completamente obvio y se parece tanto a escribir a mano que simplemente puedo añadir las alteraciones y articulaciones seleccionándolas y arrastrándolas hacia donde quiera. Llegó hasta tal punto que pensaba que simplemente podía abrir una secuencia MIDI completa en el software de notación y encontrarme todo ahí. Una vez terminada la demo, puedo ir directamente al software de notación y tomarme tiempo para las articulaciones y las dinámicas. En ese punto aún sigue habiendo mucho trabajo por hacer hasta conseguir el aspecto adecuado.

¿Hay alguna novedad en Dorico 4 que hayas estado esperando con especial interés?

Una cosa que tenía que hacer con frecuencia era cambiar la ortografía de los sostenidos y los bemoles. Ahora hay una nueva función que funciona como un analizador inteligente. Antes, al introducir MIDI, el software te podía mostrar por ejemplo un Fa sostenido como Sol bemol, y tenías que comprobar y cambiarlo todo tú mismo. Ahora, el software entiende que hay una forma armónicamente lógica de anotar las cosas. Además, ahora puedes editar las pausas en las partes de percusión y es muy fácil moverlas. Esto realmente me ayudará mucho.

¿Hay nuevos proyectos que nos quieras comentar?

Estoy a punto de hacer dos grandes obras en RSC llamadas “War of the Roses” y “Rebellion”. Son producciones muy vanguardistas con vídeo, diseños maravillosos y una banda en vivo. Además, tengo una obra en el National Theatre llamada “Jack Absolute Flies Again”, que es una comedia. Más adelante este año haré más cine y televisión. El año pasado no hice nada de teatro, fue todo para televisión, pero este año, el teatro ha vuelto.

englishby.com