Según tengo entendido, a lo largo de los años has creado un estilo de grabación único en tu estudio. ¿Podrías hablarnos un poco más de esto?
Claro. Todo empezó en 2006 cuando estaba produciendo un disco con una artista en Cuba. Era una vocalista que cautivaba al público en los escenarios de la Havana, pero que nunca había escuchado en una situación de grabación. Mediante un intercambio cultural la traje al estudio de Canadá que tenía en esa época, pero cuando cantó en la cabina insonorizada no era capaz de cantar como lo hacía en directo. De hecho, es un fenómeno bastante común. Me encontré ante el problema de que tenía que terminar un disco con alguien que no podía cantar bien en el estudio, pero que, por otro lado, era increíble si se encontraba sobre un buen escenario. Por suerte había una sala vacía debajo de mi estudio, así que decidí hacer un agujero en el suelo y pasar por ahí todos los cables necesarios para la grabación. A continuación, aislé todos los instrumentos. Por ejemplo, puse el set de batería en una cabina de plexiglás ampliada y enruté todo a la sala de grabación con un sistema de monitorización de PA que apuntaba al lado contrario del escenario. El resultado fue una grabación que sonaba un 95% como una sesión de estudio, mientras había 150 personas en el público escuchándola y viéndola actuar. Fue una interpretación increíble y obtuvimos como resultado un disco de estudio increíble. El resto es historia.
El próximo año, cuando inauguré mi estudio en Nueva York, me di cuenta de que nadie más en EE.UU. había desarrollado una técnica de grabación así. Por cierto, no he explicado algunos detalles cruciales para que lo averigüéis vosotros mismos [risas]. Para mi sorpresa, fui el primero en llevar a cabo este concepto específico de interpretación de audio en directo con la artista cubana que te mencioné antes. Esta técnica de producción extremadamente productiva me inspiró a construir la “HighBreedMusic Recording Lounge” en Brooklyn que, desde entonces, ha tenido gran éxito en la cultura musical local de Nueva York. Llevamos a cabo eventos de conciertos en vivo que, en realidad, son sesiones de grabación. También tenemos nuestro propio equipo de grabación de vídeo dirigido por la videógrafa Nikki Birch, ganadora de un Grammy. De este modo, pudimos producir un verdadero disco de estudio y un vídeo musical con la energía de la actuación en vivo de un concierto. Realmente funciona como su propia metodología porque los artistas simplemente vienen a dar un concierto ante una audiencia. Sin embargo, la técnica ofrece oportunidades sin precedentes para las grabaciones, ya que es mucho más que una grabación en vivo. No es un concepto complicado si entiendes el enrutamiento y las ventajas y desventajas de las diferentes opciones de grabación, pero nadie más lo estaba haciendo, así que lo denominamos "grabar discos al estilo Recording Lounge". Desde entonces, han participado muchos grandes artistas en nuestros eventos de grabación en vivo exclusivos.